lunes, 28 de marzo de 2022

CONSTRUIR UNA BUENA CONVIVENCIA ESCOLAR PARA LA EDUCACIÓN DE CALIDAD


Construir una buena convivencia escolar para la educación de calidad



Hace un par de semanas se retomaron las clases presenciales en todos los establecimientos educacionales, lo que derivó en la visibilización de casos de violencia entre escolares y, también, entre apoderados. Tres especialistas comentan cómo la convivencia escolar influye en la calidad de la educación, y cuán necesario es gestionarla y recuperar el sentido humano de la educación.

La violencia escolar, por sus implicancias, impacta a nivel mediático y llama la atención sobre determinados hechos que se viven en establecimientos educacionales. Pareciera ser que, luego de la pandemia y la escasa socialización, ésta se ha desatado aún más; no obstante, este no es un hecho ajeno a la sociedad actual.

Ya en el año 2017, según el sondeo realizado por el INJUV en esta materia, el 85% de los jóvenes chilenos entrevistados declaraba haber visto o escuchado algún episodio de bullying o acoso en su lugar de estudio.

A juicio del Doctor en Educación, Óscar Nail, hay cuatro problemas de convivencia a nivel escolar: los conflictos escolares, la disrupción del aula -interrupción de las clases por diversos motivos-, la indisciplina, que es la transgresión de normas y, en cuarto lugar, la violencia escolar, que es lo más grave.

Especialista en gestión de la convivencia y prevención de la violencia, Nail señala que la violencia en el ambiente escolar tiene un efecto expansivo. “Cuando aparece un episodio en un colegio, tiñe a toda la escuela, respecto de su prestigio y otros efectos colaterales. Indudablemente, los últimos episodios están en ese contexto y la violencia también tiene más visibilidad en medios y redes sociales”, dice el actual decano de la Facultad de Educación de la Universidad de Concepción.

Ante la pregunta de qué papel ha jugado la pandemia en esta situación, si bien Nail concuerda con la hipótesis de que el encierro no permitió el desarrollo de habilidades sociales y que, por lo tanto, existe una falta de experiencia de la convivencia social -lo que favorecería la explosión de la violencia-, asegura que este no es un efecto sólo de los niños, sino que de la sociedad en general, ya que todos estuvimos encerrados. De todas formas, dice, hay investigaciones que están en curso, por lo que no se puede asumir que sólo ese factor está influyendo hoy día.

Por su parte, la doctora en Sicología Claudia Pérez-Salas señala que, si bien el acoso y el ciberacoso son dos fenómenos que, lamentablemente, tienen alta incidencia en los años escolares, las investigaciones internacionales realizadas durante 2020 mostraron un descenso del bullying en las escuelas (acoso en persona) debido a la realización de clases remotas de emergencia.

La académica del departamento de Psicología de la Universidad de Concepción agrega que, “interesantemente, también se redujo el ciberbullying (acoso a través de redes sociales), pese al miedo inicial de los adultos de que el mayor tiempo de conexión podría generar mayor violencia a través de medios digitales”.

Este hallazgo, sostiene Pérez-Salas, corrobora la evidencia reportada por las investigaciones previas: rara vez el ciberbullying se da de manera independiente del bullying presencial. “Al existir menor contacto cara a cara (o ausencia de contacto) producto de la educación remota de emergencia, el bullying en persona disminuyó y, consecuentemente, también el ciberbullying durante la primera etapa de la pandemia”.

Por otra parte, dice, lo que estamos viendo actualmente, respecto a un “aumento de la violencia” con el retorno a la educación presencial, podría no necesariamente deberse a que el bullying haya aumentado significativamente, sino que “se haya retornado a los niveles pre-pandémicos habituales. Por ello, su descenso durante la educación remota nos lleva a percibir un aumento significativo respecto a los años anteriores. Esto no lo sabremos hasta que haya estudios que comparen los niveles iniciales y actuales de estas conductas”.

De todos modos, la sicóloga no descarta que existan algunos episodios de violencia intensos relacionados “con el estrés vivido ante el retorno a la escuela después de prácticamente dos años de educación remota”.

Retornar a la presencialidad, sostiene, impone desafíos de adaptación tanto para los estudiantes como para las comunidades educativas en general.

“Durante estos últimos años, muchas personas han experimentado agotamiento físico y emocional, incertidumbre y desesperanza, siendo esto más acusado en la población infantil y adolescente. Este grupo se encuentra en una etapa de formación como seres humanos por lo que el confinamiento puede haber afectado su bienestar y sus relaciones con los otros, especialmente a aquellos escolares con condiciones previas de vulnerabilidad psicológica. De este modo, el esfuerzo de adaptación a la nueva rutina presencial, sumado a los efectos negativos que puede haber dejado la pandemia sobre su propia salud mental, podrían contribuir a respuestas violentas o poco ajustadas”, señala Pérez-Salas.

Recuperar el sentido humano de la educación

Una mirada al fenómeno desde la educación para la ciudadanía es la que propone el profesor de la Facultad de Educación UdeC, Bastián Torres. “En la escuela se ponen en práctica distintos conceptos de libertad y autoridad, conjugándose sus interrelaciones por primera vez. También se accede a distintas visiones de sociedad, pero, por sobre todo, se rompe con la incondicionalidad del hogar y se accede a un nosotros que es base de la sociedad”, señala.

En ese sentido, para él no existe duda de que la pandemia ha tenido efectos en los procesos de subjetivación y socialización de niños, niñas y adolescentes: “los procesos de enseñanza-aprendizaje llevados a cabo en la virtualidad (o en la educación a distancia), muy difícilmente pudieron profundizar en el desarrollo de actitudes o valores, como el respeto, la tolerancia o el diálogo”.

Por ello, se manifiesta convencido de que uno de los principales desafíos del sistema educacional actualmente -en la pospandemia- es “recuperar el sentido humano de la educación y proponer una idea de sociedad convocante”.

De acuerdo a ello, ¿son suficientes una normativa de convivencia y una política de inclusión para asegurar una sana convivencia entre estudiantes?

“Las normativas de convivencia escolar son orientaciones y reglas para una sana vinculación al interior de las escuelas”, dice Pérez-Salas. Si ello no se traduce en acciones concretas de la comunidad educativa para fomentar el respeto, la participación, y la aceptación de cada uno de sus integrantes, señala, no se logrará instaurar una cultura de paz al interior de los establecimientos.

“No sirve predicar el buen trato si el estudiante percibe que es tratado con indiferencia o de una manera poco respetuosa por los adultos de su comunidad educativa”, sostiene la sicóloga.

Para Torres, la experiencia nos muestra que “más allá de lo persuasivo, las normativas no son suficientes para construir una cultura de la convivencia escolar que se fundamente en la dignidad y en el respeto al resto”.

A su juicio, la inclusión es hoy el paradigma de la educación. “Con ello se busca que la institucionalidad educativa y sus actores reconozcan, respeten y valoren todas las diversidades. Para que estas políticas sean significativas para las comunidades educativas, se requiere que se construyan con todos y todas, con espacios para la participación y la deliberación a nivel, tanto en el aula como en todo el espacio escolar”.

Nail va más allá. Para él, las normativas escolares son dinámicas que dan cuenta de los acontecimientos conductuales que están ocurriendo en el momento, por lo que hay que ir adelantándose a las cosas que puedan ir apareciendo, para saber cómo enfrentarlas. Por ejemplo, dice, “nadie hubiese pensado hace 30 años que íbamos a tener que normar sobre el uso de los celulares”.

Sin embargo, sostiene, el problema no es tener o no normas, sino cómo gestionarlas. Ahí, coincidiendo con Torres, señala como importante “que las normas escolares sean reflejo de algo que esté consensuado en la comunidad, con los padres, estudiantes y profesores; de manera que las normas se puedan cumplir y sean realistas”.

De lo contrario, dice, si son impuestas, podemos tener un perfecto reglamento que nadie lleva a cabo. “Una de las labores importantes respecto de las normas es democratizarlas, gestionarlas para que sean fruto de la participación de los actores y tengan validez”.

Educar para la democracia

Entonces, ¿cómo es posible lograr una convivencia escolar sana e inclusiva?

Para Nail, la convivencia es un proceso de construcción, nunca está completamente realizada. “El término convivencia, específicamente, significa la interrelación entre pares; tiene que ver con un factor de relaciones interpersonales, tanto entre alumnos, entre profesor-alumno, entre profesores, entre profesores y pares, y entre profesores y directivos”, explica.

Así, se trataría de un entramado humano con una diversidad de conexiones dinámicas. “Por ejemplo, los niños van creciendo en edad, pero también van creciendo sicológica y socialmente, eso es un desafío para el sistema escolar y para el sistema educacional”.

En ese sentido, Torres señala que “educar para la democracia debe ser, hoy, la preocupación del mundo educativo y escolar. Para John Dewey, por ejemplo, la democracia es un `modo de vida asociada´ en la que los ciudadanos cooperan entre sí para solucionar sus problemas comunes a través de vías racionales (como la indagación y la experimentación), en un espíritu de respeto mutuo y de buena voluntad”.

Por ello, sostiene que la tarea es difícil porque pareciera que se le pide a la escuela que transmita estas ideas a las nuevas generaciones y, al mismo tiempo, la sociedad se aleja de esta creencia democrática.

Pérez-Salas también plantea que la participación y la educación para la democracia son claves para lograr la convivencia escolar. Al respecto, dice, “las comunidades educativas deben orientarse a fomentar una cultura de respeto al interior del establecimiento en distintas esferas: entre estudiantes, entre docentes y estudiantes, entre docentes, entre apoderados y docentes. Todo ello permitirá que los lazos de la comunidad educativa se fortalezcan y puedan servir como factor protector y de apoyo para cada uno de los individuos que la componen”.

Nail agrega que la convivencia se logra gestionando permanentemente la construcción de ella para prevenir la violencia, que sería una consecuencia de una mala convivencia. “Esta construcción tiene que ver con estar siempre atendiendo cómo se dan los factores de interrelaciones personales. Hay una convivencia visible y una convivencia invisible, ésta última corresponde a lo que están pensando los estudiantes, qué se están diciendo por las redes sociales o fuera de las salas y cómo se organizan los grupos en las relaciones informales”, dice.

A su juicio, esa convivencia invisible es muy importante para prevenir la violencia y demuestra que todos esos factores tienen que ver con participación y con la existencia, al interior de los establecimientos, de organismos orientados a esta función. También, asegura, hay que crear unos buenos sistemas de tutorías, de entrevistas, ojalá tener en entrevista a todos los alumnos para poder conocerlos realmente y saber qué está ocurriendo en su vida cotidiana.

Convivencia y calidad de la educación

Existen varios estudios nacionales y mundiales que correlacionan el clima de convivencia con el desarrollo de aprendizaje: a mejor convivencia, mejor aprendizaje. Eso, dice Nail, sucede cuando los colegios tienen buenos sistemas disciplinarios y formativos, y sobre todo una buena calidad de relaciones socioemocionales entre sus actores.

“Un mejor aprendizaje se da cuando los estudiantes están en mejores condiciones socioemocionales para aprender, por ejemplo: se llevan bien con su profesor, tienen la capacidad de preguntar, no se sienten discriminados en el establecimiento, se sienten escuchados, acogidos y valorados”, señala.

En ese sentido, explica que, desde el punto de vista de la calidad de la educación, hay que entender que la calidad no es solamente aprender matemática, aprender lenguaje o aprender historia y tener buenas notas. “La calidad también es la capacidad de poder sentirnos bien en un espacio de relaciones, llevarnos bien con otras personas y, finalmente, tener un niño feliz dentro del sistema escolar”.
Torres lo complementa: “una de las dimensiones del derecho a la educación es la aceptabilidad, es decir, que el fondo y forma de la educación sean aceptables y acordes con la dignidad de los estudiantes y docentes”.

Para él, el acceso a la educación debe acompañarse de programas y ambientes de estudio libres de violencia, burla o malos tratos. “De no ser así, es muy difícil que podamos hablar de una educación de calidad que promueva aprendizajes pertinentes y relevantes para la vida de las y los alumnos”.

Libros recomendados:

–Gestión de la convivencia y afrontamiento de la conflictividad escolar y el bullying, Francisco Córdoba, Rosario Ortega y Óscar Nail, eds. Ediciones RIL, 2016.
–Acoso escolar, ciberacoso y discriminación, educar en diversidad y convivencia, Antonio Rodríguez y Rosario Ortega. Editorial Catarata, 2017.
–Gestión y liderazgo en el ámbito de la convivencia escolar, Óscar Nail, Carles Monereo, eds. Ediciones RIL, 2018.
–Democracia y educación, John Dewey. Ediciones Morata, 2004.
–Escuela y Formación Ciudadana: temas, escenarios y propuestas para su desarrollo, Carlos Muñoz y Bastián Torres, eds. Editorial UdeC, 2019.

Fuente: Diario Concepción

TRASTORNO DE ESPECTRO AUTISTA Y EDUCACIÓN: ¿CÓMO SE HA IDO AVANZANDO Y QUÉ SIGUE PENDIENTE?

Fuente: El Mercurio

 

ESPACIOS DE CONTENCIÓN Y HASTA MEDITACIÓN ASOMAN ENTRE LAS IDEAS PARA ABORDAR LA VIOLENCIA ESTUDIANTIL

Fuente: El Mercurio

 

viernes, 25 de marzo de 2022

LANZAN PRIMERA PLATAFORMA WEB GRATUITA EN CHILE PARA FORTALECER LA CONVIVENCIA ESCOLAR Y LA FORMACIÓN CIUDADANA

 


A inicios de marzo de 2022 se pudo ver el masivo retorno a la presencialidad escolar, el reencuentro de amistades y las ansias de volver a jugar. Sin embargo, también se evidenció, en pocas semanas de clase, hechos graves de violencia escolar como bullying, ciberbullying y agresiones físicas.

En este contexto se lanza “Nadie se queda atrás”, la primera plataforma virtual gratuita que entrega recursos didácticos gratuitos para la sana convivencia escolar luego de años sin salas de clase ni relación física entre estudiantes.

“Problemáticas que ya existían antes de la pandemia como lo es el ciberacoso y ciberbullying han aumentado su presencia e impacto por los nuevos márgenes de convivencia escolar. No ha pasado más de un mes del inicio de este año escolar presencial y ya existen casos emblemáticos que permiten intuir que estos problemas requieren de mejores soluciones”, advierte Oscar Guerra, profesor y fundador de la ONG Observa Ciudadanía, organismo que co-creó la plataforma.

Incluso, un estudio realizado por la ONG junto a ocho establecimientos educativos de alta vulnerabilidad que están en la Región Metropolitana reveló que el 82% de las y los estudiantes asiste de mejor manera a clases cuando hay un ambiente de buenas relaciones humanas y un 83% cuando se aprende en un contexto de aula con buen clima de curso.

En este sentido, los recursos que se pueden encontrar en “Nadie se queda atrás” provienen de las necesidades educativas detectadas en pleno proceso de pandemia y “no son una formulación de expertos, sino que un trabajo real en las aulas, en las escuelas con docentes, directivos y estudiantes”, señala Guerra.

En síntesis, la actual pandemia de Covid-19 plantea retos importantes para los sistemas educativos y sociales de los países de la región, los que deberán abordarse de manera articulada. También deja lecciones valiosas acerca de lo que es realmente prioritario para la vida en comunidad. Estos retos y estas lecciones brindan hoy la posibilidad de replantear el propósito de la educación y su papel en el sostenimiento de la vida y la dignidad humanas, para que nadie se quede atrás, según Cepal-Unesco (2020).

Sumado a la convivencia escolar, “Nadie se queda atrás” también entrega recursos sobre formación ciudadana, para que profesoras y profesores puedan llevar estas prácticas a las salas de clases.

Cualquier persona interesada podrá ingresar al sitio web nadiesequedaatras.cl para acceder a recursos para fomentar la formación ciudadana y la convivencia escolar. Además, las comunidades educativas pueden contactarse, escribiendo a somos@observaciudadania.cl, para obtener asesorías personalizadas y mejorar los planes de formación ciudadana y convivencia escolar.

Fuente: Diario Concepción

martes, 22 de marzo de 2022

NUEVAS ORIENTACIONES PARA ESTABLECIMIENTOS EDUCATIVOS




A continuación, las nuevas medidas y lineamientos sanitarios para la gobernanza de la pandemia en el sistema educativo, las que buscarán equilibrar la seguridad de niños, niñas y adolescentes, con el derecho a la educación y su necesidad de atención integral y socialización.

Principales orientaciones sanitarias y apoyos a las comunidades educativas

1. Se priorizará la vacunación de niños, niñas y adolescentes en los meses de marzo y abril.

2. Se definirá un umbral de vacunación de 80% por curso. Para lograr esta meta, el Gobierno priorizará la vacunación de NNA. Desde el mes de mayo, cuando no exista ese porcentaje de estudiantes vacunados por curso, los establecimientos deberán establecer aforos que respeten un metro de distancia entre estudiantes.

3. Aquellos establecimientos que cuenten con Jornada Escolar Completa, y que requieran un periodo de adaptación, podrán solicitar permiso a la Secretaría Regional Ministerial de Educación correspondiente, para aplicar medidas que otorguen flexibilidad a sus jornadas escolares, previa conversación con el Consejo Escolar o Consejo de Educación Parvularia del establecimiento.

4. Se garantizará el pago de las subvenciones de modo de asegurar los recursos necesarios para el desarrollo del proceso educativo, sin que los montos se vean afectados por las variaciones de asistencia que se producen en el contexto de la pandemia.

5. Se entregará un fondo a los sostenedores para la compra de elementos de protección personal, como mascarillas certificadas y artículos de higiene y limpieza.

6. Se implementará un Plan de Reactivación de Aprendizajes Integral, orientado a reparar los daños que produjo la pandemia en los aprendizajes y en la socialización de los niños, niñas y adolescentes. Esta iniciativa considerará de forma importante los aspectos socioemocionales y relacionales. Esta estrategia será presentada en las próximas semanas.

Fuente: Mineduc

22 DE MARZO DÍA MUNDIAL DEL AGUA

Fuente: Conferre JUPIC



 

jueves, 17 de marzo de 2022

DEMRE PUBLICARÁ EN SU SITIO WEB LAS PRUEBAS QUE APLIQUE


A partir de la Prueba de Transición (PDT) de Invierno, que se rendirá el 4 y 5 de julio próximos, e inmediatamente después de que sean aplicadas, el DEMRE de la Universidad de Chile comenzará a publicar en su web una de las formas de cada prueba (Comprensión Lectora, Matemática, Ciencias e Historia y Ciencias Sociales). La iniciativa se enmarca en una política de transparencia activa de la institución y tiene como objetivo que los estudiantes puedan practicar con pruebas “reales” y que los y las profesoras tengan acceso a estos instrumentos sin necesidad de inscribirse y rendir alguna prueba.

Con el objetivo de seguir trabajando por una mayor transparencia en el Sistema de Acceso a la Educación Superior, el Departamento de Evaluación, Medición y Registro Educacional (DEMRE) de la Universidad de Chile, comenzará a publicar en su página web algunas de las pruebas que sean rendidas por los miles de postulantes que se inscriben en cada proceso de rendición. De esta forma, dichos instrumentos de evaluación quedarán disponibles para uso público, respetando y resguardando los Derechos de Propiedad Intelectual que le pertenecen a esta entidad.

La iniciativa, parte de la política de transparencia activa del DEMRE, se iniciará con la próxima Prueba de Invierno (4 y 5 de julio de 2022), y permitirá que los estudiantes tengan la oportunidad de conocer y ejercitarse con pruebas “reales”.

Asimismo, facilitará el trabajo de profesores y directivos de establecimientos educacionales (incluidos los preuniversitarios), quienes tendrán acceso a estos instrumentos de evaluación -la PDT de Invierno y, posteriormente, la Prueba de Acceso a la Educación Superior (PAES)- sin tener que inscribirse para rendirlos, como era usual hasta el año pasado.

Es importante recalcar que, desde la PAES, que se aplicará por primera vez a fines de 2022, se publicará solo una de las formas de cada prueba.

Para Leonor Varas, directora del DEMRE, esta medida corrobora el compromiso de la institución con otorgar más transparencia al proceso de selección a las universidades. “Desde hace algunos años venimos buscando la forma de hacer públicas las pruebas inmediatamente después de aplicadas, sin perjudicar otros importantes objetivos técnicos. Estamos muy contentos con poder implementar este progreso ahora, como una importante medida de transparencia, que contribuirá al trabajo de las y los profesores, y a una mejor preparación de los estudiantes, ya que en nuestra web podrán conocer una prueba “real” recién aplicada, además de disminuir incertidumbre y ansiedad”.

Recordemos que el Sistema de Acceso a la Educación Superior se encuentra en medio de importantes cambios, que significarán la aplicación, por última vez, de una Prueba de Transición (PDT), en julio próximo, y la aplicación, por primera vez, de la Prueba de Acceso a la Educación Superior (PAES). A fines de este año, que contemplará los siguientes instrumentos: Prueba obligatoria de Competencia Lectora, Prueba obligatoria de Competencia Matemática 1, Prueba electiva de Ciencias, Prueba electiva de Historia y Ciencias Sociales y la nueva Prueba de Competencia Matemática 2, que algunas carreras vinculadas a las ciencias y a las matemáticas pedirán como requisito.

Fuente: DiarioUchile

miércoles, 2 de marzo de 2022

OPINIÓN. CREAR COMUNIDAD EDUCATIVA PARA FORTALECER EL RETORNO PRESENCIAL

Se inicia un nuevo año escolar en que, después de dos años de iniciada la pandemia, estudiantes y docentes volverán a encontrarse de modo presencial, según las indicaciones del Ministerio y avance del plan de vacunación en Chile. Este nuevo ciclo trae una serie de nuevos desafíos que enfrentar en lo educativo: acortar las brechas de aprendizaje ocasionados con la virtualidad, fortalecer la comunicación institucional, fortalecer la gestión escolar, mejorar las condiciones de la docencia, etc. Sin embargo, los años de virtualización han traído una serie de nuevas condiciones que debemos considerar.

Algunos aprendizajes de este periodo ponen foco en lo socio-emocional, tecnología e innovación en el aula, involucrar a las familias, cooperación y colaboración, y aprendizaje fuera de la escuela. A mi juicio, uno de los aspectos que se relevaron es precisamente el de informar, dialogar y cooperar para que el retorno de las comunidades educativas sea un esfuerzo común y un compromiso institucional.

Los procesos educativos no son resorte de los docentes o de directivos, sino de la comunidad educativa. La pandemia nos enseñó el rol central que cumplen y deben cumplir los y las apoderadas. No es posible concebir la educación sin ese trabajo colaborativo, pero este no tiene relación con exigirle a las familias que realicen tal o cual tarea, sino incluirla en un proceso de trabajo colaborativo y cooperativo común en función de los procesos de enseñanza-aprendizaje.

Esto cobra mayor importancia si le otorgamos valor al aprendizaje fuera de la escuela y cómo el propio rol de los y las estudiantes tiene relevancia en fortalecer su autonomía y su curiosidad en ambientes que sean colaborativos a su aprendizaje. No es posible mantener la cultura “laboral” de la escuela, en que los y las estudiantes salen de clases como terminando una jornada laboral y se vuelva un suplicio acercarse a cualquier ámbito que le recuerde a ella.
La familia, docentes y estudiantes deben construir un proceso que cambie las lógicas que tradicionalmente se han desarrollado.

Fortalecer una cultura de comunidad educativa, participativa y colaborativa favorecerá procesos de enseñanza-aprendizaje y fortalecerá los lazos entre integrantes de la comunidad. La pandemia nos ha demostrado lo importante de generar sentidos de comunidad y en el ámbito educativo cobra más sentido. El desarrollo socioemocional no es una acción aislada de cada estudiante, es también fruto del esfuerzo de la comunidad por generar condiciones de desarrollo saludable y de bienestar a cada uno de sus integrantes.

El desafío de este nuevo año escolar y de este nuevo entorno educativo es dejar de mirarnos como grupos aislados al interior de las escuelas: docentes, familias, estudiantes, directivos, etc. Debemos reconocernos como una comunidad que tiene objetivos comunes, cada uno aporta desde su rol a ese objetivo. Dialogar, cooperar, compartir y desarrollar son claves para una comunidad educativa empoderada.

Fuente: Diario Concepción. Juan Pablo Salinas, Psicólogo