Profesionales de Educación 2020 coinciden en que, más allá de los protocolos, es necesario incentivar el respeto desde distintos espacios.
El bulling es una dificultas que las comunidades escolares enfrentan de forma constante. Y a esta grave situación ahora se le suma un problema más complejo: el ciberbulling o acoso virtual, que se define como el uso de las nuevas tecnologías para ejercer acoso psicológico sobre una persona.
Los casos que han salido a la luz han puesto en alerta a las escuelas. El más reciente se vivió en el Colegio Nido de Águilas, donde una alumna se suicidó tras ser víctima de agresiones por redes sociales, de acuerdo al relato de sus padres. En la Superintendencia de Educación también se encendieron las alarmas y hace algunos días enviaron una circular a los colegios, exigiéndoles una actualización de los protocolos y manuales de convivencia para prevenir el ciberbulling.
Pero, ¿por qué es tan grave el ciberbulling? De acuerdo al investigador de Política Educativa, Felipe Coloma, el acoso virtual es incluso más peligroso que el acoso en persona. "Es masivo, anónimo, se puede dar en cualquier espacio virtual y lo más complejo es que la agresión queda ahí para siempre, por lo que es un daño constante", precisa.
¿Qué hacer frente a esto?
Si bien profesionales de Educación 2020 creen que es importante establecer buenas prácticas en los protocolos, coinciden en que el tema debe abordarse de manera mucho más amplia. Loreto jara, profesora de Historia e investigadora de Política Educativa, señala que es crucial que "los estudiantes desarrollen su empatía, que se pongan en el lugar del otro y eso no se consigue llenando de anotaciones: hay que abrir espacios de conversación y de reflexión con los adolescentes".
La investigadora agrega que esto se puede tratar incluso desde el currículum. "Por ejemplo, en Lenguaje y Comunicación se podría ver cómo se usan las redes sociales y cómo participar éticamente de ellas. También se puede ver en los planes de formación ciudadana, explicando cómo ser un ciberciudadano consciente, respetuoso del otro, que utiliza las redes sociales para fines constructivos y no destructivos", dice Jara.
Otro consejo es abordar el tema en las reuniones de apoderados, "conversando sobre las temáticas contingentes. Por ejemplo, una buena medida es ponerse de acuerdo cómo se le permitirá a los niños y niñas acceder a las tecnologías", agrega la investigadora.
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