Su madre no logró ver el fruto de sus entrañas, pues murió antes de dar a luz a su hijo. El vizconde de Cardona, por una inspiración superior, echó mano a su daga y abrió el vientre de la difunta madre logrando extraer vivo un No Nacido.
Nonato, ya joven, ingresó a la Orden de la Merced, Orden Religiosa que recién había fundado San Pedro Nolasco para la Redención de los Cautivos Cristianos.
Ramón sobresalió por su amor a la eucaristía, a la Santísima Virgen y al prójimo.
Muchas veces fue enviado por el Santo Fundador a África, a redimir hermanos cristianos, sufriendo física y moralmente por la Fe.
Por sus virtudes, el Papa Gregorio IX lo nombró Cardenal de la Santa Iglesia.
Su sepulcro, hoy Santuario de San ramón (España) ha sido siempre desde su muerte, 1240, un ir y venir de romerías de devotos.
Actualmente es el protector y Patrono de las madres cristianas, quienes lo invocan usando el agua y velas que en todas las Iglesias mercedarias se bendicen en honor del Santo.
Lleno de virtudes y merecimientos, entregó su espíritu al Señor el 28 de agosto de 1240.
El culto a San Ramón, muy acentuado hoy en toda la América Latina y en algunos países de Europa, echa sus raíces y se arraiga después en Chile en la primera década del siglo XVII cuando el pueblo lo proclama su patrono con motivo de pestes y sequías.