La creatividad es una característica que ojalá todos los niños puedan desarrollar, porque favorece una mejor calidad de vida. De algún modo, es un derecho de todas las personas para no vivir atrapadas en un mundo de rutinas. Existen grandes diferencias individuales entre los niños, algunas de las cuales se deben a características genéticas, pero otras son producto de la socialización recibida en el contexto familiar y escolar.
Los niños altamente creativos manifiestan una gran curiosidad y suelen agobiar a sus padres con preguntas e iniciativas por crear cosas diferentes y originales. como son poseedores de una alta capacidad de asociación, basta cualquier estímulo para gatillar ideas, y como suelen ser entusiastas, pueden llegar a ser muy demandantes.
Otra característica muy notable es la capacidad de pensamiento divergente, es decir, la capacidad de salir de un pensamiento estrictamente lineal para mirar la realidad desde diferentes perspectivas, buscando y procesando información de manera original. Su imaginación y fantasía sorprende a los adultos, que no siempre somos muy creativos.
En los niños destaca su apertura al cambio y están abiertos a nuevas experiencias, caracterizándose por el entusiasmo y pasión por lo que hacen. Se involucran y divierten desarrollando cosas nuevas.
Algunas técnicas para desarrollar la creatividad son:
-Lluvia de ideas. Es una de las más usadas y consiste en plantear una situación y dejar fluir la imaginación para desarrollar alternativas. Por ejemplo, cómo podríamos celebrar un cumpleaños. Aquí todas las ideas son validadas y bienvenidas.
-Asociación libre. pedir a los niños que asocien una palabra con otras, por ejemplo, la palabra alegría.
-Decorar un mismo objeto de varias maneras diferentes, por ejemplo, a partir del dibujo de una casa pedir que hagan cuatro casas diferentes.
-Los mil usos. Poner frente al niño un objeto de uso habitual y pedirle que invente formas no convencionales para utilizar ese objeto.
Hagamos las cosas de diversas maneras. Plantiemos un problema y pidamos a los niños que inventen formas diferentes de resolverlos.
La relación entre inteligencia y creatividad es compleja. Si bien es más probable que un niño inteligente sea creativo, no por ser inteligente va a ser necesariamente creativo. Algunas personas han bloqueado su capacidad de crear por factores de socialización, ateniéndose a hacer las cosas tal como las aprendieron; otras tienen estilos intelectuales que favorecen más el pensamiento creativo, como es el pensamiento divergente.
Recuerde que la imaginación y la creatividad son un gran regalo para el niño y la sociedad. Por lo tanto, no olvide incentivarlos.
Fuente: NEVA MILICIC, psicóloga, revista ya