Sin etiquetas
Desde que somos niños, la sociedad se empeña en etiquetarnos. En casa, en la escuela, la familia, los amigos… Las etiquetas empiezan a formar parte de nuestro día a día desde que somos niños y esto, no es nada positivo para el desarrollo óptimo de la personalidad de los más pequeños. Si bien es cierto que a veces los adultos lo hacemos “sin pensar” lo ideal es que no sean una costumbre.En muchas ocasiones, se llegan a utilizar palabras indicando una conducta que para esa persona resulta repetitiva, esa palabra recibe el nombre de etiquetas, que no son otra cosa que nombres o significados que se le ponen a la conducta y/o comportamiento del niño.
Está claro que las etiquetas desaprueban la conducta de los pequeños que incluso, llegan a marcar su forma de ser.
Las Etiquetas
- Limitan: Hacen creer que el niño solo es de esa manera y solo sabe comportarse o es así.
- Encasillan: Por más esfuerzos que el pequeño haga y se esmere por cambiar no puede lograrlo. Eres así y punto.
¿Por qué no debemos etiquetar a los niños?
Consecuencias del uso de Etiquetas
- Baja autoestima.
- No reconoce sus virtudes y capacidades.
- Desmotivación.
- Daño emocional.
- Poca confianza en sí mismo.
- Pensamientos negativos: No sirvo para nada. Soy así. Nunca podré lograr lo que quiero
- Muchos asumen una actitud defensiva, reacia hacia los demás.
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