En ese contexto, la misión que tiene la escuela no es tanto enseñar contenido especializado de las asignaturas, sino asegurarse que el estudiante sea autónomo intelectualmente para enfrentarse a cualquier contexto. Esto se puede lograr desarrollando destrezas complejas como el pensamiento crítico.
Esta competencia permite desarrollar la capacidad para identificar argumentos y supuestos, reconocer relaciones importantes, realizar inferencias correctas, evaluar la evidencia y deducir conclusiones.
PERO, ¿QUÉ ES EL PENSAMIENTO CRÍTICO?
El pensamiento crítico no es lo mismo que un debate desinformado o una opinión. Junto con la creatividad, el pensamiento crítico es una competencia que potencia la interacción social. además, nos ayuda a tomar decisiones y resolver los problemas complejos conocidos y aquellos que deberán resolver en el futuro los estudiantes. En ese sentido, entendemos al pensamiento crítico como el juicio auto regulado y con propósito que da como resultado la interpretación, análisis, evaluación e inferencia, como también la explicación de las consideraciones de evidencia,
conceptuales, metodológicas, criteriológicas o contextuales en las cuales se basa ese juicio.
APLICANDO EN EL AULA
¿Cómo desarrollar el pensamiento crítico en la sala de clases? a continuación, te entregamos algunos lineamientos.
- Crea un aula que promueva valores como la verdad, mentalidad abierta, empatía, racionalidad, autonomía y autocrítica.
- Promueve un ambiente donde el estudiante pueda descubrir y explorar sus propias creencias, expresar libremente sus sentimientos y comunicar sus opiniones.
- Explica los propósitos, la metodología y las formas de
evaluación de los objetivos de aprendizaje antes de comenzar las clases. - Fomenta el debate en voz alta para que los estudiantes tomen confianza en su capacidad de razonamiento.
- Expón menos y da más espacio al pensamiento.
- Enseña a leer, analizar y procesar la información en lugar de hacerlo por ellos.
- Presenta temas complejos con sus conceptos y posibles problemas a resolver.
- Pregunta frecuentemente por las dimensiones de su pensamiento: su propósito, evidencia, razones, datos, afirmaciones, creencias, interpretaciones, deducciones, conclusiones, implicancias y consecuencias de su pensamiento.
- Fortalece los puntos de vista ofreciendo la palabra a quienes no levantan la mano y pidiendo a los demás sintetizar lo que dicen.
- Entrega retroalimentación.
- Usa ejemplos concretos con situaciones que resulten familiares.
- Favorece las actividades en grupos pequeños con tareas y tiempos específicos.
- Realiza metacognición preguntando a los estudiantes qué pensaron, qué hicieron, qué problemas surgieron, cómo los resolvieron y cómo aprendieron.
- Fomenta constantemente las preguntas en el transcurso de la clase.
- Incentiva que los estudiantes comuniquen su razonamiento y conclusiones finales.