Por Marcela Marzolo,
Directora Ejecutiva de Fundación Educación Oportunidad
Ante el alarmante escenario reflejado por el resultado de pruebas estandarizadas que señalan que los chilenos no entendemos lo que leemos, y que los estudiantes tienen una limitada capacidad para producir textos coherentes y comprensibles, se vuelve necesario considerar nuevas alternativas a las ya implementadas en la actualidad, que complementen los esfuerzos hechos en el sistema educacional por mejorar las habilidades de comprensión y producción escrita de nuestros niños y jóvenes.
En este sentido creo que la educación inicial puede cumplir un rol fundamental en esta tarea, estimulando lo que en este periodo llamamos la "escritura emergente". Este concepto nada tiene que ver con la escolarización temprana, sino con el desarrollo de habilidades que preparan a los niños para el posterior aprendizaje formal de ésta.
La escritura emergente es un proceso en el que los niños aprender, por medio de experiencias de aprendizaje lúdicas, significativas y pertinentes, cómo funciona un texto, qué propósitos y utilidades puede tener la escritura y en qué formatos puede darse (receta, carta, poema, etc.)
Comprenden también que la escritura surge del lenguaje oral y se vincula a la lectura. De esta forma, para los niños escribir se convierte en una herramienta que les permite comunicar a otros lo que sienten, piensan y quieren.
Continúe leyendo aquí el artículo del diario dínamo
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