Cuando se habla de la tecnología digital no siempre se diferencia la tecnología de entretención de las tecnologías como herramientas que están revolucionando la educación, modificando el currículo, dando nacimiento a una nueva forma de alfabetización e introduciendo en el aula la interactividad.
Quienes suelen confundir estos dos ámbitos son los padres, quienes se apresuran en adquirir dispositivos digitales para pequeños que apenas comienzan a caminar. Es precisamente esta prisa por incorporar a los niños a la revolución digital la que los introduce tempranamente a una entretención tecnológica que puede traerles graves consecuencias, en especial una nueva forma de adicción: los videojuegos. Muchos niños y adolescentes que desarrollan esta adicción juegan de noche, aislados socialmente y rompiendo radicalmente los hábitos saludables de sueño nocturno. Presentan dolores crónicos de espalda, cefalea, dificultades visuales, sobrepeso asociado a disminución de masa ósea y trastornos anímicos.
Frente a esta realidad, la conducta parental más sensata es enriquecer el tiempo off line de sus hijos (tiempo en que están desconectados) , por cuanto la adicción a videojuegos provoca irritabilidad cuando el niño se ve conminado a detener el juego, desencadenando incluso conductas agresivas. Desembalar bicicletas, balones de fútbol, mesas de pimpón, patines y una disposición genuina y entusiasta para disfrutar al aire libre es el mejor antídoto para evitar esta nueva patología que acecha a los niños en estas vacaciones estivales.
Fuente: Boletín AGL Neuronoticias