viernes, 23 de septiembre de 2022

LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA DE LA MERCED, NUESTRA SANTÍSIMA MADRE

  << La presencia de María de la Merced en la dinámica de la familia mercedaria continuará siendo una propuesta en camino para y con el camino, en constante salida, y retorno, tratando de llegar a la base del pueblo sufriente mediante la fe en Cristo su Hijo, único mediador y salvador ante las múltiples problemáticas que experimenta la sociedad mundial. Su presencia no quiere ser un apéndice documentario, sino transversal, puesto que es un dato de la revelación divina. Por ello, su presencia dinámica esa valorable, porque como Madre está siempre atenta a la concepción. gestación, nacimiento, crecimiento y desarrollo de la vida de sus hijos, hacia la incorporación en la gracia de Cristo.

Los trabajos de reflexión y renovación continúan en la Orden tanto a nivel general como provincial. En la última década, los encuentros de espiritualidad y formación mercedaria realizados en los diversos continentes siguen despertando el interés en lo que significan los diferentes niveles de la vida y compromiso redentor a la luz de la Virgen María, estrella de la evangelización siempre renovada. Ella, como pedagoga del evangelio de la libertad en tiempos apremiantes y llenos de esperanza nos convoca para servir en la búsqueda de la paz y la reconciliación.

En la hermenéutica de la vida mercedaria (visitar y redimir), María como nueva Eva entre los pobres del Reino además de ser reconocida como Madre de Dios y del Redentor, en su dimensión eclesial y comunitaria, de sinodalidad y colegialidad es testimoniada también como madre de los vivientes, del pueblo santo de Dios que sufre y suplica libertad. Así pues, el mercedario entendiendo que la la Virgen madre está presente en la Iglesia como el don de Jesús que ha dejado a los suyos se identifica con María que ha vivido la experiencia de su Hijo en una dimensión creativa y de comunión. Así, los redentores crecen a la luz de la Palabra de vida, de tal manera, que con la palabra fortalecen su misión y los hace libres.

En esta lógica de sentido, los mercedarios y mercedarias seguiremos proclamando a María de la Merced como Nuestra Madre; Ella, la infatigable guía, amiga y compañera de camino cuya sonoridad nos impulsa a ser mejores hijos y hijas de Dios nos sigue indicando el camino carismático para estar con nuestro pueblo que se encuentra perdido e inmerso en las nuevas formas de cautividad.

Sin duda alguna, la Virgen de la merced tiene una actualidad apremiante, puesto que allí donde falta la promoción, educación, proyección, prevención, acompañamiento y reinserción de la vida humana la encontraremos a Ella junto a los mercedarios como ayer y hoy entre los flgelos de la sociedad, las dependencias, las manipulaciones, la trata de personas, los migrantes, los faltos de fe, los privados de libertad, los ninungeados; en fin, los más vulnerables de la sociedad>> (Juan Carlos Saavedra Lucho, María de la Merced y su obra liberadora).