miércoles, 3 de mayo de 2023

6 DE MAYO: FESTIVIDAD SAN PEDRO NOLASCO, RELIGIOSO Y FUNDADOR DE LA ORDEN DE LA MERCED

Notas Pastorales

La vida de Pedro Nolasco se puede resumir en dos verbos: visitar y redimir. Sintetizan toda la capacidad de amar y de entregarse en favor de los pobres cautivos, que prisioneros en manos de los enemigos de la ley de Cristo, es decir, de su evangelio sufrían las penas de la faltade libertad, y de la tentación de la apostasía.

Visitar es el verbo que habla de movimiento, de aproximación, de dejar las actividades que uno desarrolla en un momento determinado, dejarlo todo para ir al encuentro de otra persona, al encuentro de alguien que me importa, que es valioso para mí. La sagrada escritura está llena de estas visitas. En el nuevo estamento, la visita de María a su prima Isabel es quizá muy significativa. Se puso en camino, y fue deprisa. Fue a casa de su familiar. La vida de Pedro Nolasco está llena de estos gestos de visita. Una visita a los cautivos es ir a compartir con ellos la dura situación del cautiverio. No envía mensajeros por delante, no necesita embajadores. Es él mismo en persona el que se acerca. Necesita descubrir el rostro de Cristo en el cautivo, y por eso se acerca hasta ellos, los visita.

Redimir es el segundo verbo de Pedro Nolasco. La visita lo lleva hasta el lugar del cautiverio. La redención es el movimiento de regreso; donde la opresión a la libertad. Pedro Nolasco que se ha acercado hasta el cautivo no se queda allí en la oscuridad de las cadenas, sino que también se pone en acción para regresar a la casa de la Merced, que es casa de libertad, de acogida y de hospitalidad. No basta compartir un momento con los cautivos, llevando un poco de consuelo. La vida de Pedro Nolasco es puro compromiso de redención, y para eso hay que sacar, y acompañar de regreso. No sirve comprometerse un poco o por un momento, no basta siquiera estar un tiempo con los cautivos. Se compromete a devolver la libertad.

Hoy Pedro Nolasco es para los mercedarios el mejor signo de la acción liberadora de Jesús, y el que impulsa al compromiso redentor. La vida mercedaria debe estar llena de este movimiento de visita y redención. Capacidad de ir al encuentro del hermano que sufre, compartir sus penalidades; capacidad de sacar del cautiverio, comprometiendo la propia vida y los propios recursos. No se puede ser mercedario delante de la televisión, sufriendo por las noticias del cautiverio, no se puede ser redentor enviando a otros. El ejemplo de san Pedro Nolasco motiva, impulsa y mueve a visitar y redimir.

Fuente: La Merced en la Liturgia