El modelo de la clase invertida es una variedad del aprendizaje semipresencial, que tiene por objetivo lograr que los estudiantes gestionen su aprendizaje interactuando con material audiovisual y trabajando de manera colaborativa.
Mientras que el modelo tradicional de enseñanza se basa en la trasmisión de la información desde el profesor a los alumnos, el modelo de la clase invertida usa las TIC para proporcionar una experiencia de aprendizajes autónomos utilizando recursos multimediales fuera de la clase.
El alumno es quien gestiona su aprendizaje y, por ello, el tiempo de clase presencial es usado para debatir y trabajar puntos clave así como cualquier pregunta o dificultad que los estudiantes puedan tener. Cuando hablamos de “Flipped Classroom” —o “clase invertida”— es importante considerar que existen modelos instructivos similares que gozan también de buena reputación. Algunos de ellos pueden ser la instrucción entre pares, o el aprendizaje basado en problemas complementado con casos y tecnologías educativas.
En el modelo de la clase invertida, el profesor permanece a un lado ejerciendo como guía y tutor del grupo de estudiantes, mientras ellos adoptan un rol activo en la clase. Se requiere que los alumnos vean en casa algunos videos previamente seleccionados por el docente, en su propio entorno, y mantengan una comunicación fluida con otros alumnos y profesores mediante redes sociales, foros o mensajería.
¿Qué elementos considera este modelo pedagógico?
La tecnología y las actividades de aprendizaje son dos elementos clave de este modelo pedagógico.
Cada clase puede disponer de algunos videos de 3 a 7 minutos de duración, que se trabajan de manera semanal. Los videos son grabados por los mismos profesores y consideran recursos educativos complementarios como libros, podcast, fuentes de internet, entre otros.
Es importante planificar las clases de manera cronológica para, así, disponer de los tiempos necesarios para la revisión de material audiovisual. Se recomienda monitorizar en las primeras clases la participación del alumnado ya que, si no traen la disciplina y capacidad de autoformarse, es posible que evadan las tareas y lleguen a clases sin haber estudiado nada.
En la clase presencial, se requiere dejar espacios para el feedback de los alumnos, y promover el aprendizaje con alumnos tutores que puedan apoyar a los alumnos con menor rendimiento.
Promover el aprendizaje colaborativo y el espíritu crítico. En la clase invertida no debe existir la frustración. Es fundamental que quienes no aprendieron algo, tengan el apoyo de su grupo.
La clase invertida considera tres tiempos: antes, durante y después de la clase.
¿Es realmente una metodología efectiva?
Buena parte de los docentes que han implementado aulas invertidas la describen como una instancia de aprendizaje activo, ya que los estudiantes necesitan procesar la información y trabajar los conceptos antes de la clase. Posteriormente, los alumnos tienen la oportunidad de profundizar sus conocimientos gracias a actividades propuestas en talleres prácticos que fomentan el diálogo, la cooperación, el pensamiento crítico y autónomo y la generación de ideas. De esta manera, se pone en evidencia que las nuevas tecnologías nunca sustituirán completamente el aprendizaje presencial en el aula, sino que, en su lugar, motivarán que este aprendizaje evolucione.
La clase expositiva tradicional refuerza las capacidades de recepción de contenidos y su procesamiento básico. En cambio, las metodologías interactivas, facilitan un mayor aprovechamiento de los procesos cognitivos superiores como el análisis, la evaluación y la aplicación.
Fuente: grupoeducar