Desde Berlín asoma una nueva reforma educativa que presenta grandes resultados y promete extenderse al resto del mundo.
Los sistemas educativos deben adaptarse a las realidades educativas de cada época, esta no es ninguna novedad. Sin embargo, algunas actualizaciones resultan más innovadoras, llamativas o polémicas que otras. Este es el caso de la reforma educativa que actualmente promueve Berlín.
Sin grados, sin calendarios y con alumnos que deciden qué lecciones estudiar, las escuelas de Berlín marcan el camino que aparentemente seguirán los colegios del futuro. A pesar de que, a primera vista, esta trasgresión de los tradicionales métodos de enseñanza podría resultar alarmante e incluso perjudicial para los estudiantes, los resultados de esta especie de enseñanza sin reglas sorprenden a expertos locales e internacionales.
La metodología de trabajo es lo más llamativo en estos colegios, que intentan alejarse de la firmeza de los horarios inflexibles, el modelo unidireccional de transmisión del conocimiento que se basa en la antigua teoría de que solo los docentes podían enseñar, y las extensas lecciones al estilo conferencia. En esta metodología se incluyen las asignaturas que comúnmente incorporan las escuelas, como matemática, inglés o historia, pero además se agregan materias que permiten a los estudiantes adquirir otro tipo de experiencias. Bajo el nombre de “desafíos” los encargados de estos colegios envían a sus alumnos a completar aventuras que incluyen, por ejemplo, actividades deportivas al aire libre, trabajo en granjas o actividades de voluntariado, fomentando así el desarrollo de todo tipo de habilidades.
Basados en una realidad tangible a simple vista, los directores de estas escuelas argumentan que esta metodología se debe simplemente a la firme intención de acompañar los cambios que actualmente presenta la sociedad. Con la incidencia de internet, los teléfonos inteligentes y las nuevas exigencias del mercado de trabajo, los jóvenes necesitan adquirir otro tipo de habilidades que hasta el momento no se transmitían con los modelos educativos tradicionales; es este el pilar que motiva la revolución educativa que actualmente promueven las escuelas de Berlín.
Los resultados académicos demuestran la eficacia de estos métodos, que se corresponden de mejor manera con las actuales formas de asimilación de los conocimientos que presentan los estudiantes. Sin embargo, la polémica surge al considerar la posibilidad de crear mediante estas metodologías una diferencia incorregible con la educación brindada en las universidades. ¿Qué esperarán estos jóvenes al llegar a la universidad? ¿Estarán los centros de educación preparados para cubrir sus demandas? Por el momento todo parece indicar que luego de una experiencia de liberación y descubrimiento de los propios intereses y habilidades, estos jóvenes deberán adecuarse nuevamente a los sistemas tradicionales que llevan la rigidez en los planes de estudio como estandarte.
Fuente: Universia España