María,
la Madre de Jesucristo, no podía estar ausente en la obra redentora de San Pedro
Nolasco y por supuesto en la Orden Mercedaria. En efecto, María ha inspirado a
San Pedro Nolasco en la noche del 1 al 2 de agosto de 1218, la fundación de una
familia religiosa dedicada a la redención de los fieles cautivos. Fue tal el
impacto de esta experiencia mariana de San Pedro Nolasco, que la fundación y
organización de la obra redentora fue interpretada como un favor especial de
María. Así quedaba de manifiesto el gesto de amor compasivo de María hacia la
triste situación de los cristianos sometidos a cautiverio por los moros. María
inspiró la Orden Mercedaria como una respuesta real a esa necesidad de la
Iglesia.