miércoles, 25 de mayo de 2016

SEMINARIO: ESCUCHAR PARA EDUCAR: DESAFÍOS Y BUENAS PRÁCTICAS PEDAGÓGICAS

El profesor español, considerado el mejor maestro de su país el 2015, César Bona, hizo participar y jugar a la audiencia al Seminario Internacional "Escuchar para educar: desafíos y buenas prácticas pedagógicas", organizado por la PUC, motivando a docentes a innovar en la sala de clases.

Expuso que "si algún día encuentro algún tedio, me dedico a otra cosa: La vocación se puede difuminar con los años, pero es imprescindible mantener la actitud positiva cada día al enfrentar la sala de clases. Los niños tienen que ir a clases con hambre de aprender, de divertirse y de pasarla bien"

Además, entregó recomendaciones para hacer una buena clase y mantener en alto la creatividad y el interés de los niños.

Su principal consejo es aprender a escuchar a quienes se enseña. "Hay que escuchar el doble de lo que hablamos. Es la mejor manera de conocer. Educar es comunicar, es estar en sintonía con los niños. Por ello, tenemos que tener nuestra antena siempre encendida"
Continuó mencionando otros objetos a tener presente en la educación con los niños, "Tengamos a mano un tubo para comunicar el adulto que somos con el niño que fuimos, Que el tubo siempre esté abierto y nos permita mirar el mundo con los ojos de niño. Un maestro debe ser una máquina de hacerse preguntas, ir caminando por la calle y preguntarse quién, qué, cómo, cuándo, dónde, por qué" agregó.

También recomendó tener una brújula, para saber hacia dónde se dirige la clase, y no olvidar nunca el propósito final de lo que el profesor está enseñando. "¿Ciencia o gramática para qué? Para aplicarlo a la vida real". Señaló que "El currículum suele ser muy largo, y cuando se reforma, suele ser para agregarle más cosas, y dejar menos espacio para formar seres humanos integrales (...) Hay que abandonar los sistemas memorísticos".

"Hay que mantener despiertos la creatividad y la improvisación en el maestro, que alimente la curiosidad y la creatividad de los alumnos. La improvisación los alimenta a no repetir sino a encontrar respuestas creativas".

Otro elemento importante es "tener una balanza, entre exigencia y cariño, pues todos los niños tienen deseos de sentirse queridos"

Otra reflexión de Bona fue a tener presente el peso de las palabras. "Decirle a un niño "eres un desastre" o "no sirves para esto" es condenarlo al fracaso. El profesor tiene que tener presente que declarar algo es decretarlo. las palabras que les damos a los niños son indelebles, se quedan siempre allí. Los maestros tenemos una varita mágica para hacer crecer o disminuir la autoestima de nuestros niños".

También un buen profesor debe dar a cada niño la oportunidad de ser alguien, tan alto como su propio mérito lo permita, explicó. Señaló "todos los niños están anestesiados, o preparados sólo para reproducir contenidos. Hay que cambiar la clase desde adentro. Un niño tiene curiosidad por naturaleza. Vienen con creatividad instalada de serie".

El educador español se refirió a la importancia de la familia que participe en la educación. "Hay que dejarse de tirarse piedras entre la familia y los profesores. mientras no seamos equipo, el gran perjudicado seguirá siendo el niño".

Enfatizó que, "los niños no son adultos del futuro, sino habitantes del presente. Tenemos que verlos como lo que son, personas en formación pero del aquí y del ahora. Tenemos que invitarlos a interactuar con el mundo real".

Uno de los retos de todo profesor es "contagiar en positivo a aquellos que perdieron hace tiempo la ilusión. Y mantener la humildad. Cada día debemos aprender de los padres, de los otros maestros, pero sobre todo de los niños.

Terminó su exposición señalando que "la felicidad tiene que ver con la educación, y la educación con la felicidad. Contagiemos en positivo. Saquemos a la luz lo mejor de nosotros. Un aula nunca es una trinchera, debe ser un lugar lleno de optimismo. No debemos olvidar que cada día estamos aportando para hacer de este un lugar mejor".