lunes, 28 de agosto de 2017

OPINIÓN - ERNESTO SCHIEFELBEIN


Se ingresó una indicación al proyecto de desmunicipalización que propone fijar un máximo de 35 alumnos por sala “porque facilita la labor del profesor”. Sin duda es más cómodo enseñar en un curso con menos alumnos, aunque implica aumentar en un tercio el gasto por alumno. Sin embargo, ese cambio no estaría asociado con un mayor aprendizaje de los estudiantes. Esto fue confirmado en el famoso informe McKinsey (2007) al mostrar el fracaso del gran esfuerzo realizado en Estados Unidos por reducir el tamaño de la clase en 20% entre 1970 y 2005. Las pruebas de lenguaje para estudiantes de 9 a 17 años no mostraron cambios significativos en ese período, aunque el costo por alumno aumentó en 73%.


Reducir el curso no suele cambiar la manera de enseñar del docente acostumbrado a la clase frontal tradicional. Es probable que en Chile el 80% de los profesores siga dictando sus clases.


Para mejorar el aprendizaje deben usarse estrategias que han probado su efectividad, como solicitar a cada director de escuela que deje a cargo del primer grado al mejor profesor que tenga para enseñar a leer. Esta estrategia no tendría costo, pero reduciría considerablemente el alto analfabetismo funcional que la OCDE detectó en Chile hace 10 años.


Fuente: La tercera

Ernesto Schiefelbein

Investigador Universidad Autónoma - Premio Nacional de Educación.