jueves, 25 de enero de 2018

ARTÍCULO - ACTUALIDAD

AMANDA CÉSPEDES

Cuando se habla de la tecnología digital no siempre se diferencia la tecnología de entretención de las tecnologías como herramientas que están revolucionando la educación, modificando el currículo, dando nacimiento a una nueva forma de alfabetización e introduciendo en el aula la interactividad.

Quienes suelen confundir estos dos ámbitos son los padres, quienes se apresuran en adquirir dispositivos digitales para pequeños que apenas comienzan a caminar. Es precisamente esta prisa por incorporar a los niños a la revolución digital la que los introduce tempranamente a una entretención tecnológica que puede traerles graves consecuencias, en especial una nueva forma de adicción: los videojuegos. Muchos niños y adolescentes que desarrollan esta adicción juegan de noche, aislados socialmente y rompiendo radicalmente los hábitos saludables de sueño nocturno. Presentan dolores crónicos de espalda, cefalea, dificultades visuales, sobrepeso asociado a disminución de masa ósea y trastornos anímicos.

Frente a esta realidad, la conducta parental más sensata es enriquecer el tiempo off line de sus hijos (tiempo en que están desconectados) , por cuanto la adicción a videojuegos provoca irritabilidad cuando el niño se ve conminado a detener el juego, desencadenando incluso conductas agresivas. Desembalar bicicletas, balones de fútbol, mesas de pimpón, patines y una disposición genuina y entusiasta para disfrutar al aire libre es el mejor antídoto para evitar esta nueva patología que acecha a los niños en estas vacaciones estivales.


Fuente: Boletín AGL Neuronoticias