lunes, 25 de septiembre de 2017

ARTÍCULO: ¿CÓMO MOTIVAR LA LECTURA DE CLÁSICOS EN LOS JÓVENES?

Los clásicos literarios cumplen un rol de intermediación cultural e histórico de los problemas del ser humano. Quitar el prejuicio de que se trata de obras tediosas, es el primer paso para motivar su lectura en los jóvenes. Para ello se debe recordar que las sagas literarias más populares en la actualidad se nutren de inspiración en los grandes clásicos.


Interesar a los jóvenes en la lectura es un reto. Pero este se torna mucho mayor si hablamos de cautivarlos con clásicos de la literatura. La importancia de mantener viva nuestra cultura pasa, en primer lugar, por conocerla. La Dra. en Literatura Juana Lorena Campos, docente de la Universidad de Chile, señala que para insertarse en la cultura se debe “conocer su herencia y tradición artística, literaria y humanística”.
Por otro lado, la gran cantidad de producción y circulación de información modelan un acceso rápido y muchas veces superficial a la lectura, por lo que volver la mirada hacia los clásicos nos abre dos interesantes caminos a explorar: comprender el modo de pensar la vida de nuestros antepasados y transferir esas interpretaciones a nuestra propia contemporaneidad. “Desde diferentes épocas o temáticas se pueden abordar los problemas del ser humano: quiénes somos, dónde vamos, por qué morimos… Cuando estos temas se tratan muy bien en un libro, se podrá leer en cualquier momento de la historia y tendrá sentido” sostiene la Dra. Campos.

Motivando la lectura
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE, 2011) afirma que la vinculación entre la práctica de lectura, la motivación y las competencias en este ámbito son cruciales “para que las personas den sentido al mundo en el que viven y continúen aprendiendo a lo largo de sus vidas”. 
Para lograr la motivación hacia la lectura de clásicos, la Dra. Campos nos aconseja trabajar desde la empatía, ya que así podremos traspasar las emociones, sentimientos y frustraciones de esas expresiones literarias a nuestros estudiantes. 

Revisitando los clásicos literarios
Aventurarse en este tipo de literatura no es una tarea tediosa. Para quitar ese prejuicio, se debe recordar que la mayoría de las sagas literarias más populares y, que generan más interés en los jóvenes, fueron escritas gracias a la inspiración encontrada en los grandes clásicos.
Por ello proponemos la siguiente forma de integrarlos:
Historias de lectura rápida y con algo de misterio. Los relatos de ritmo fluido y con protagonistas inteligentes y osados generan alta cercanía. Sherlock Holmes de sir Arthur Conan Doyle, Los tres mosqueteros de Alejandro Dumas y Los miserables de Victor Hugo ofrecen esto y mucho más. 
Sagas épicas y aventuras en mundos distópicos. Actualmente Juego de Tronos, Divergente y Los juegos del hambre son éxitos mundiales. Para sus fanáticos se recomiendan: 1984 de George Orwell, Fahrenheit 451 de Ray Bradbury y Mundo feliz de Aldous Huxley. Por otra parte, la literatura griega y medieval entrega abundante material épico: La muerte de Arturo de Thomas Malory, Perceval de Chrétien de Troyes y los mitos de los dioses griegos son algunas obras que, hasta hoy, hacen volar la imaginación.
Romances imposibles. El amor entre humanos y vampiros no comenzó con Crepúsculo, pero sí creó una legión de fanáticos del romance entre diferentes especies. Y si reemplazamos “diferentes especies” por “diferentes clases sociales”, la similitud de tramas es asombrosa. Los clásicos románticos como Jane Eyre de Charlotte Brontë, Cumbres borrascosas de Emily Brontë y Werther de Goethe son grandes ejemplos de ello.
Cuentos góticos. El terror y lo extraño no han dejado de encantar a los jóvenes. HP Lovecraft, Edgar Allan Poe y Baldomero Lillo tienen historias que disfrutarán quienes buscan misterio y suspenso. También Julio Cortázar puede darnos algunos escalofríos con su Bestiario.
Acción en la vida real. Las historias de guerras, espías y caudillos están presentes no solo en James Bond de Ian Fleming. La Historia de la Conquista de Nueva España de Bernal Díaz del Castillo, La Araucana de Alonso de Ercilla y Zúñiga y Martín Fierro de José Hernández nos ofrecen relatos cruentos de las guerras de Conquista e Independencia.
Héroes, Superhéroes y Antihéroes. La cara más humana y divina en la literatura se encuentra acá. Desde la melancolía de Hamlet de Shakespeare, la tiranía de Pedro Páramo de Juan Rulfo, la divinidad de Aquiles en La Ilíada de Homero, la provocación de Demian de Hermann Hesse, hasta los ensueños de don Quijote de la Mancha de Cervantes.
Fuente: Educarchile