viernes, 18 de noviembre de 2016

ARTÍCULO: ¿CÓMO PUEDEN LAS COMUNIDADES ACTIVAS GENERAR MEJORES APRENDIZAJES?

La educación representa una de las mejores y más efectivas herramientas para asegurar el desarrollo sostenible. Pero asegurar que niños y jóvenes desarrollen las habilidades y competencias necesarias para enfrentar la vida requiere brindarles oportunidades para alcanzar los niveles cognitivos, sociales, espirituales y personales que les son imprescindibles. En este proceso, la relación entre la escuela y la comunidad se convierte en una condición indispensable para iniciar y promover transformaciones en la dinámica escolar.

La gestión del centro educativo va más allá de organizar y planificar lo que en ella se desarrolla. Una buena gestión implica el establecimiento de vínculos necesarios entre los actores educativos, la dinámica de las relaciones que se establecen entre las poblaciones y la manera en cómo se gestionan las oportunidades que el sistema mismo provee.

El centro educativo está llamado a ser una comunidad de aprendizaje y, como tal, debe promover la organización de los actores que allí hacen vida, concibiendo la calidad educativa no como un producto en sí mismo, sino como un proceso constante y sistemático. Los hallazgos investigativos evidencian las repercusiones positivas que tiene la participación de las familias y la comunidad en el proceso enseñanza – aprendizaje de los estudiantes. Un ejemplo, de los muchos que existen en la región, es la figura de las  juntas de educación en Costa Rica, entidades que buscan generar un mayor sentido de pertenencia e identidad con los centros educativos al proporcionar a la comunidad espacios de participación y aprendizaje conjunto.

Un rol activo de los diversos actores que convergen en la escuela, por lo tanto, se convierte en un recurso importante para optimizar los procesos de enseñanza y aprendizaje, la calidad de vida de la familia y por supuesto las relaciones de su entorno y la inclusión social.  Esta integración centro educativo – comunidad no puede ser una función exclusiva de los y las docentes, ni de los centros educativos mismos, sino tarea de todos y todas. Las comunidades, representadas por estructuras como las juntas de educación o su equivalente en los países de la región, pueden convertirse en aliadas en la administración de las instituciones aportando al fortalecimiento y la transformación de la educación nacional.

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