martes, 2 de julio de 2019

OPINIÓN: LEY DE "RITALÍN", ASÍ DE SIMPLE

La Cámara de Diputados ha aprobado la modificación de la ley General de Educación y la ley sobre Subvención en lo que respecta a prohibir que el ingreso y/o permanencia de un alumno en el sistema escolar estén condicionados al consumo de medicamentos para tratar problemas de conducta.

Si bien es muy positivo comprobar que la Comisión de Educación del Congreso se mantiene alerta frente a la grave problemática educacional y de salud de los niños, nos preocupa que tanto la redacción del proyecto de ley como la discusión que se ha generado en la sociedad civil muestran errores que pueden inducir a confusión, inquietud en las familias y en la toma de decisiones erradas.

En primer lugar, el Trastorno por Déficit Atencional  no es un trastorno de conducta. Es una condición del desarrollo que obedece tanto a información genética como factores ambientales; no constituye una patología, pero sí ofrece frentes de vulnerabilidad a presentar psicopatología y otras condiciones mórbidas.

El 75% de los niños y adolescentes con TDA no presenta hiperactividad ni agresividad; son niños y adolescentes sanos, talentosos y creativos, pero la mayoría tiene dificultad para responder al desafío académico (aprender con facilidad), son emocionalmente inmaduros y propensos a presentar trastornos ansiosos y anímicos.

El 25% restante está conformado por niños que tempranamente han sido dañados por la adversidad ambiental (rupturas del apego, negligencia afectiva, maltrato, abuso y/o efectos pre y pos natales de toxinas como el plomo, arsénico, manganeso, etc.). Estos niños sí presentan trastornos de conducta como impulsividad, agresividad y severa inquietud, desafiando día a día a los profesores en el aula.

Antes de atacar al magisterio, todos quienes se anticipan a emitir juicios como "los profesores los quieren tener empastillados" deberían pasar unos días en un aula de una escuela municipalizada intentando entregar lo mejor de sí.

Continúe leyendo aquí la opinión de Amanda Céspedes

Fuente: Opinión Educación Radio Cooperativa