viernes, 6 de enero de 2017

NOTICIA: UNO DE CADA TRES ESTUDIANTES DESERTA AL PRIMER AÑO DE LA EDUCACIÓN SUPERIOR

Estudios revelan que la principal causa de este fenómeno es la falta de preparación previa del alumno y que la cifra se mantiene sin grandes variaciones a lo largo de los últimos años en Chile.



La Prueba de Selección Universitaria (PSU) es una herramienta que escoge a los estudiantes que se encuentran en condiciones académicas para entrar a la educación superior según los contenidos aprendidos durante su enseñanza media.

Sin embargo, las cifras reveladas por el Servicio de Información de Educación Superior (SIES) del Mineduc, muestran que la tasa de deserción al primer año, tan solo el 2015, alcanzó un 28,7% tomando en consideración a las personas que ingresaron a un centro de formación técnica, instituto profesional o universidad.

Esta cifra desde el 2011 al 2015 ha aumentado de forma moderada en un 2,6%, lo que se traduce en que en el último periodo 3 de cada 10 estudiantes han debido frenar sus estudios el mismo año que pagaron su matrícula inicial.

Las mismas brechas de puntaje promedio PSU que se manifiestan entre colegios particulares y colegios municipales también se extienden durante la educación superior. De hecho, quienes egresan de establecimientos municipales desertan un 8,6% más que quienes provienen de colegios particulares.

Las principales causas

Según un estudio del Centro de Microdatos del Departamento de Economía de la Universidad de Chile, la principal causa para abandonar una carrera es el rendimiento académico. La falta de preparación escolar repercute en los estudiantes al ingresar a la educación superior ya que presentan ciertos vacíos o debilidades de contenidos y también problemas en los hábitos y técnicas de estudio.

Al enfrentarse a la etapa universitaria o técnica profesional, el alumno puede verse sobrepasado por el cambio en las metodologías de enseñanza respecto a su colegio.

Además de la falta de preparación previa, otras razones son la dificultad de ciertos programas de estudio, así como la situación que viven los estudiantes que deben trabajar y estudiar a la vez, lo que muchas veces se hace incompatible.

Esta deserción conlleva un costo muy alto, no solo para el joven que posterga su sueño de ser profesional, sino que también para las familias debido al costo económico que significa y para el Estado cuando apoya con gratuidad o becas al estudiante.

Fuente: emol.com