viernes, 23 de enero de 2015

ARTÍCULO

¿DÓNDE ESTÁ EL PLAN NACIONAL PARVULARIO?, de Mario Waissbluth

 
Esta columna está co-escrita con Catalina Estévez y Danilo Olivares, Investigadores de Educación 2020, así como Celia Alvariño y Leonardo Moreno, Directores de la Fundación.

Aquí se juega el futuro
Nadie duda ya de la relevancia de proporcionar una formación inicial de gran cobertura y calidad. Invertir un dólar en esta etapa, según estudios internacionales, genera un retorno de hasta 8,1 dólares a futuro, ocho veces más que en educación superior.
El retorno social no se da sólo a través de elementos escolares y laborales, sino también por el desarrollo de capacidades, la prevención de drogadicción y crimen, la anhelada inclusión, y en definitiva, un beneficio social integral. La capacidad de empatía entre los pares se genera en esta etapa de la vida.
Pero cuidado, este retorno sólo se produce si la educación que se ofrece es de calidad. Cobertura sin calidad no tiene retornos positivos. Al contrario, la evidencia internacional ha demostrado que si la oferta es de mala calidad los niños pueden incluso sufrir atrasos en su desarrollo.
En Chile, los niños de 36 meses del quintil más pobre manejan la mitad del vocabulario que los del quintil más rico. Llegarán a pre-kínder en franca desventaja si esto no se corrige tempranamente.
Calidad PreescolarHay al menos 5 elementos que deben estar presentes en un programa bien diseñado:

Formación de los educadores: La situación de hoy es francamente cuestionable, comparada con países que exigen licenciatura, magister y certificación de competencias.

La formación de los técnicos en párvulos: la mayoría de aquellos que trabajan en la educación preescolar solo tienen estudios de enseñanza media en un Liceo Técnico profesional. Esto es extremadamente insuficiente. Por su parte, la formación en IP y CFT está sujeta al libertinaje de mercado más grosero, con baja o nula acreditación.
 
Salarios de los educadores: Con un promedio de $ 360 mil mensuales al egreso, es una vergüenza nacional. La profesión más importante para el futuro tiene las menores remuneraciones.
 
La proporción entre educadores y niños: En países avanzados hay entre 10 y 14 niños por educadora de párvulos. En Chile, entre 30 y 40. Asimismo, en nuestro país, en las salas cunas, hay una técnico cada 7 niños. ¿Quién puede atender amorosamente a 7 infantes (cambiar pañales, alimentar, consolar) y al mismo tiempo estimularlos y proponerles desafíos para su desarrollo? Eso significa que lo que tenemos en realidad son meras guarderías, no establecimientos formativos.
 
Programas educativos que involucran a las familias, especialmente en el nivel de sala cuna: Si bien el “Chile Crece Contigo” significó un avance en esta materia, de manera vergonzosa aún no se dicta el reglamento de la ley… desde el 2008.
 
Adicionalmente, se debe contar con marcos curriculares adecuados para cada nivel de edad, en los que no se busque escolarizar sino estimular a los niños, enseñándoles a empatizar, jugar con sus pares, ejercitar su cuerpo, desarrollar su motricidad fina y gruesa, ampliar su vocabulario, etc. Estos deben estar sólidamente relacionados con el marco de salud y bienestar. Es igualmente importante que exista una excelente articulación entre la educación Parvularia y la Básica, evitando que la transición entre kínder y 1° Básico sea compleja o traumática.
 
Continúe leyendo aquí el artículo Plan Nacional de la Educación Parvularia